sábado, 6 de junio de 2009

DESESPERACION

Hace muchos años (27/09/1986) que escribí esta historia, ocupaba una página, de las cuadriculadas de toda la vida, si, las libretas que utilizábamos las que ahora tenemos 40 tacos o más y entonces íbamos al cole con mil libretas iguales con las tapas granates , una para cada asignatura....
Buscando en el baúl de los recuerdos lo he encontrado y me he sorprendido de cómo tan joven podía escribir cosas tan "inquietantes".
Con ello os hago partícipes de mis primeras andaduras en la escritura:
"Llevaba los auriculares puestos cuando se abrió la puerta de par en par.
Su afición era grabar ruidos de botellas cayendo desde un séptimo piso, el chirrido de una ventana
oxidada, el cantar de un pájaro acatarrado, el estornudo de un hombre viejo
sentado en el mismo banco de la misma plaza, con todo ello hacía
una mezcla y pasaba las horas recostado en su cama regocijándose con tales
ruidos infernales.
Lo llamaban loco aunque yo sé que no lo era. Se refugiaba en un mundo
imaginario donde sabía que nadie podía adentrarse jamás. El día que esos hombres
vinieron a buscarlo se sintió feliz. No le gustaba su cama ni el lugar donde
vivía y soñaba con algo mejor para él.
Lo llevaron en una ambulancia hacia un lugar donde la niebla era
densa y no veía más allá de sus narices. En un instante se encontró en una
diminuta habitación: en lo más alto había un agujero con doce barrotes que el se
dedicó a contar,
las paredes estaban llenas de signos de locura, uñas pegadas a la cal con sangre
que llegaba hasta el suelo, grandes boquetes que dejaban ver claramente que
alguien había decidido dejar ese antro por voluntad propia.
¿Cuántas cabezas habían golpeado aquella pared?
Pasaron dos años, su estado de ánimo iba decayendo. No se había
acostumbrado a sus doce barrotes ni a su pequeño paseo diario y entonces lo
decidió. Era inteligente y sabía que en algún lugar le esperaba algo mejor. Fue a su
habitación y volvió a observar esos trazos de sangre secada por los años; pensó que debía
ser fácil si el primer golpe era fuerte pues con un segundo todo habría
terminado.
Puso las palmas de sus manos pegadas a la pared, contó hasta diez y en cada
n´mero que brotaba de sus labios, gotas de sudor y lágrimas resbalaban por sus
mejillas. Dio el
primer golpe, la sangre empezó a resbalar por sus ojos, ya no existía el mundo,
todo era rojo como la muerte a su alrededor; se sintió desvanecer y sus piernas
no pudieron aguantar su peso. El segundo golpe no fue necesario, cayó al suelo
como se había propuesto y, aquel cuchillo que con dos piedras tan bien había
dispuesto, fue a clavarse en lo más hondo de su corazón.
Sintió desgarrársele el alma y pese al dolor esbozó una
sonrisa; segundos antes de la muerte todavía pensó que en algún lugar le
esperaba algo mejor".
Glory 27/09/1986

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya tela nena,que ideas que tenias,que yuyuuuuuuuu.....desde luego que ya amanerabas buena escritua,jejejejejee.....
ahora tendas que empezar otra historia ,que ya nos tenias enganchadas!!!!!
muassss!!!!!!!!!!!!!1
raquel

Glory dijo...

Pues si.. estoy en ello. Pero me parece que cambiaremos totalmente de tercio (asi lo dicen los toreros no?) ji ji.
Será una historia bastante diferente..